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Revolutionizing the road to success: Nova Driving School got featured in Forbes Ecuador!

CORE BUSINESS – NEGOCIOS

Diana y Jenny Villegas son las hermanas que están al frente de una de las empresas de cursos de conducción en Chicago. Esta compañía, que fue fundada por su padre, está presente en cinco ciudades del estado de Illinois y genera 49 empleos. Estas ecuatorianas planean constituir a Nova Driving como una marca reconocida en todo Estados Unidos .


Por Daniela García

El éxodo de ecuatorianos es una historia que no tiene fecha de inicio ni de caducidad. Por años -incluso antes de la dolarización- nuestros compatriotas han migrado a países del primer mundo para buscar mejores oportunidades. La familia Villegas, por ejemplo, se estableció en Estados Unidos un poco antes de los años setenta por diferentes circunstancias, pero con el mismo objetivo: buscar otros rumbos y surgir.

Como en toda situación migratoria, no siempre es fácil establecerse en otro país legalmente, al menos por un tiempo. Pero esta familia buscó la forma de hacerlo gradualmente para cumplir el sueño americano. De petición en petición, arribaron todos: abuelos, padres, tíos, primos y hermanos. Es así que en la ciudad de Chicago ya son más de 150 integrantes y en Ecuador no queda ningún familiar.

Con el tiempo la familia Villegas se convirtió en un ejemplo inspirador. En 2003, Carlos Villegas fundó Nova Driving; él era instructor de manejo y trabajó en la Autoridad de Transporte de Chicago como conductor de buses. Sus hijas Diana y Jenny recuerdan que manejar siempre fue su afición. “Nuestro padre nos enseñaba a conducir desde los tres años”.

La compañía se inició con un auto del año 87 y una oficina muy pequeña en un barrio peligroso de la ciudad. Carlos, junto a su esposa Elvia, respondían las llamadas de sus clientes y la metodología de enseñanza era el principal motivo que llamaba la atención de quienes contrataban sus servicios. Los anuncios de la escuela fueron publicados por dos meses en páginas amarillas y la demanda se disparó. Así funcionó por varios años hasta que sus hijas se hicieron cargo de las operaciones. Su facturación inició en US $50.000 mensuales y este 2023 planifican cerrar el año con ventas por US $5 millones.

La vida de estas ecuatorianas en ese país comenzó como la de la gran mayoría. El idioma resultó ser uno de los primeros desafíos. Jenny, al ser la mayor, fue la primera de sus hermanas que viajaba constantemente a la casa de sus abuelos en Estados Unidos. A sus 17 años, aprendió a hablar inglés en tres meses y comenzó a trabajar en KFC. “Luego de ocho meses, me ascendieron a mánager de uno de sus locales y yo era muy joven y manejaba a personas que doblaban mi edad”, recuerda.

Su madre – quien en la época aún permanecía en Ecuador – tenía una fábrica de textiles de ropa de bebé y varios almacenes en el Centro Histórico de Quito. Eso le dio la pauta a Jenny para emprender y llevar mercadería de este segmento a EE.UU. “Me asocié con una persona. A través de un almacén la vendía. Me di cuenta de que aquí era muy cara. ‘Maleteábamos’ por correo o alguien la llevaba”, cuenta. Cada mes, Villegas enviaba US $15.000 en prendas, hasta que las condiciones legales de estos envíos pararon su negocio.

El amor por su patria la hizo volver, sin embargo en su regreso la situación fue decepcionante. “En ese tiempo ganaba US $750 a la semana, llegué a Ecuador a buscar trabajo y me dijeron US $200 al mes”, enfatiza. Jenny se casó y quedó embarazada de su primera hija. A los seis meses, quiso darle una oportunidad única a su primogénita y decidió dar a luz en Miami, Florida. 

A las tres semanas del nacimiento de su bebé volvió a Quito. En la ciudad que la vio crecer, planificó su vida y la de su familia. Esperó 21 años para que su hija formalizará su residencia permanente en Estados Unidos y en 2016 se radicó en Chicago. Para ese entonces, la escuela de conducción Nova Driving ya se había establecido y tenía 13 años de operación. “Era una escuela pequeña, había nueve carros en ese momento. Los instructores de manejo eran todos parte de la familia. Aporté con un granito de arena. Administré mejor las cosas y crecimos”, afirma Jenny.

Por otro lado, Diana se mudó a Norteamérica cuando tenía 18 años. En 2003, comenzó a estudiar inglés y a trabajar en varios lugares. “Recuerdo que veníamos de Ecuador, en donde teníamos todas las comodidades. Llegué acá a limpiar mesas y a los seis meses trabajé atendiendo llamadas para tomar reservaciones del restaurante en un idioma que no entendía”, comenta. Pero su ímpetu la llevó a tener ascensos y a destacarse en varios empleos.

Diana inició su formación de pregrado en un community college, pero pausó su educación luego de casarse y ser mamá. Después de tener a su segundo hijo, retomó sus estudios en Business Management en la Universidad de Negocios DePaul. Se graduó con honores y estuvo en la reconocida Dean’s list por dos años consecutivos, lo que significaba recibir un premio que se otorga a estudiantes que tienen el porcentaje más alto en calificaciones.

Trabajó en una aseguradora y se destacó entre las 10 mejores vendedoras del Estado de Illinois. Aun con tantos reconocimientos, Diana buscaba tener algo que le perteneciera y creó una empresa junto a su sobrina, la hija de Jenny. Sin embargo, no funcionó como esperaban. “No fue bien planeado, se acabó el dinero en poco tiempo y quedamos en cero”, dice.

Es en este punto que Diana y Jenny unieron sus historias, sus experiencias y su alma emprendedora para darle un giro de 180 grados a Nova Driving. Hubo muchos cambios y decisiones que tomar: se estandarizaron los precios para formalizar la contabilidad, se ajustaron los presupuestos y se establecieron métricas para definir la estructura de una empresa que actualmente cuenta con una flota de 60 vehículos.

"LO QUE CARACTERIZA A UN COMPATRIOTA ES SU DETERMINACIÓN. SOMOS FELICES DE QUE AQUÍ PODEMOS SOBRESALIR POR NUESTRA FUERZA".

De la mano de las hermanas Villegas, esta escuela se ha convertido en un referente de educación vial en la ciudad. Jenny siempre tuvo una visión de crecimiento y determinó metas que han cumplido en el tiempo. “Desde que entré, pensé que al cabo de cinco años esto tenía que ser una corporación, después de otros cinco más tenemos que ser un modelo estatal y en cinco años más vamos a estar en un modelo nacional”, asegura.

Hoy en día, estas empresarias brindan empleo a 49 personas que viven en Estados Unidos y, a través de outsourcing, generan plazas de trabajo para 30 colaboradores más que viven en Ecuador, México y Filipinas. “Construimos una segunda empresa en donde manejamos la operación y administración de Nova desde diferentes países. Nos permite reducir costos”, explica Diana.

Además, cada año establecieron como objetivo inaugurar dos locaciones en nuevos puntos de la ciudad. Cada apertura de estas sucursales tiene una inversión de US $20.000, en caso de rentar el espacio. Nova Driving está presente en tres ciudades más del Estado sin contar a Chicago. Ambas aseguran que como ecuatorianas se sienten orgullosas de que en cualquier parte del mundo lograran resaltar. “Lo que caracteriza a un compatriota es su determinacion. Somos felices de que aquı podemos sobresalir por nuestra fuerza”. Para ellas, esta escuela es un legado de sus padres, de verlos vivos y de que se sientan tranquilos porque cuidan muy de cerca aquello tan especial que crearon.


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